Psicoanálisis. Psicología. Malestar contemporáneo. Síntomas sociales. Desorden y trastorno. Obesidad. Depresión. Fracaso Escolar. Anorexia. Vigorexia.
Una infinidad de temas sobre los que podremos dialogar. Tus comentarios y preguntas serán bien recibidos.

miércoles, 2 de febrero de 2011

La factura psicológica de la crisis

Últimamente he recibido muchas consultas a causa del malestar que por una u otra razón la crisis produce: angustia, ansiedad y depresión sobre todo, pero también: crisis de pareja y problemáticas relacionadas con los hijos.

Que las crisis de cualquier tipo producen un sacudón en la vida, forma parte ya del saber popular, pero, ¿qué efectos tiene y cómo se manifiestan sus consecuencias?, ¿cuál es la factura y el monto que estas crisis pueden provocar? Lamentablemente esta suele ser una cifra que se contabiliza tarde y mal.

Alguien me dijo una vez que la terapia y las clases de música son cuestiones que suelen posponerse indefinidamente. Es así que quienes llegan finalmente al consultorio de un psicólogo, psiquiatra o psicoanalista, lo hacen porque ya no pueden más, porque pagan la factura muchas veces con el cuerpo: yendo de médico en médico para que les de una respuesta a su malestar, el mismo que muchas veces ingresa en la gran bolsa de enfermedades cuya causa es imposible de determinar. 

Es común escuchar cuando alguien se queja de un síntoma físico recurrente “es psicológico” como si esto lo hiciera automáticamente más manejable. Entonces, respiramos aliviados pues el mal no es físico, no hay medicina ni tratamiento necesario para su curación y ahí viene la pregunta: ¿de qué manera entonces lidiamos con un síntoma físico que es en realidad psicológico? ¿Cómo es que el cuerpo puede enfermarse por problemas emocionales? Pero esto es así, y su funcionamiento resulta aún más enigmático que el del cuerpo humano. Pensamos que se va a resolver solo, que ya pasará, que no necesitamos a un profesional de la salud mental para atacar un problema que podemos resolver nosotros mismos, en todo caso, si la cosa se extendiera un poco, buscamos respuestas en Internet. Esto quizá funcione para algunos, pero para muchos otros la cosa no se resuelve tan fácil, el síntoma persiste. La desesperación es difícil de sobrellevar y por ello, la mayoría de las veces, mala consejera. 

La solución que la sociedad ha terminado por ofrecer a los problemas psicológicos no es un tratamiento psicológico también, sino uno médico. Tenemos a nuestro alcance una inmensa variedad de medicamentos dirigidos a aliviar el malestar físico cuya causa no es física, aunque ahí sea donde se manifieste. Es más que probable que el síntoma en cuestión desaparezca por un tiempo, que será variable según la gravedad de la situación y la persona, pero no atendida su causa de origen emocional, el problema retornará; aunque esto si, como es psicológico, es posible que no de la misma forma. Esto es así porque los problemas emocionales no tienen un punto localizable como si lo tienen los órganos por ejemplo. Hoy la ansiedad se manifiesta en ataques de pánico, mañana en una voracidad compulsiva y pasado en una irritabilidad insoportable. Las consecuencias de todo esto para la persona, la familia e inclusive la sociedad, son difíciles de cuantificar. Pero podemos pensarlo como un malestar silencioso que en algún momento encontrará la forma de salir a la superficie, la forma que lo haga dependerá de muchas cosas: la intensidad, el tiempo, la historia particular de cada caso, etc. 

Los tratamientos psicológicos son caros, porque son largos, no existen formulas rápidas porque se trabaja con ciertos supuestos, porque hay que poder seguir adelante con varias incógnitas, pues el profesional de la salud mental esta lejos de ser un mago o adivino; requiere paciencia y constancia y enfrentarse con un dolor que hemos aprendido a enterrar por mucho tiempo. Hay algunos países como por ejemplo Reino Unido, que han aprendido a incorporar a los psicólogos y psicoanalistas en su sistema de salud pública, pues es una manera de contener a las personas que no pueden pagar un tratamiento privado por tanto tiempo y que saben da mejores resultados que dejarla libradas a su suerte; ya que, seria absurdo suponer que esto no tiene consecuencias para la sociedad, dado que los problemas de tipo psicológico son altamente incapacitantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario